Pérgolas bioclimáticas, la solución perfecta para tu terraza

En la arquitectura los elementos decorativos abren paso a una nueva generación, donde las nuevas tecnologías y materiales aplicados a los principios de la arquitectura bioclimática, enmarcan el ambiente y nos permiten disfrutar de los espacios exteriores, vistiendo los porches o terrazas con gran elegancia, no solo los meses de verano si no también el resto del año, una nueva experiencia con las pérgolas bioclimáticas que aplican los últimos recursos para reducir el consumo de energía. ¿Te animas a descubrirlas con nosotros? ¡Seguro que te vamos a sorprender!
Su tecnología bioclimática nos brinda una protección y optimización de la utilización de espacios exteriores, permitiendo ajustar en cada momento la instalación, la ventilación en caso de fuerte calor, y la protección frente a la lluvia, viento o nieve. Todo ello gracias a un sencillo accionamiento de lamas de aluminio de forma manual o mediante mando a distancia que nos permite orientarlas en cualquier posición o cerrarlas completamente.
Instalar una pérgola bioclimática en tu jardín o terraza es una apuesta segura, no solo por el diseño, la innovación y la vanguardia que aporta sino también por el confort y la funcionalidad que se consigue en los espacios permitiéndonos disfrutar de ellos en cualquier ocasión y momento con la máxima garantía y calidad gracias a diseños personalizados donde la exclusividad y la elegancia toman el protagonismo del espacio.
Lamas orientables que regulan la luz
Las lamas orientables son la clave de este tipo de cubiertas, ofreciendo la protección de un porche pero con la versatilidad de un toldo y sin ninguno de sus inconvenientes. En este caso son orientables entre 120-175º, así no sólo permiten protegerse de la radiación solar manteniendo un espacio bien iluminado, si no también generan ventilación natural manteniendo el espacio sombreado. La circulación de aire entre las lamas evita el efecto invernadero, el aire se renueva y se refresca funcionando como una climatización natural. Existen sistemas con sensores de lluvia y viento. Es decir, dispositivos con los que la pérgola orienta las lamas automáticamente en la posición más conveniente en cuanto detecta que cae agua del cielo o que el aire sopla más fuerte de lo normal.
El agua se evacúa por un lateral de la pérgola, de esta forma no se acumula sobre ellas evitando que el agua caiga una vez se vuelvan a orientar las lamas. Además esta agua pluvial puede ser recuperada si se desea. Adosadas contribuyen a la eficiencia energética en los edificios, disminuyendo las necesidades de climatización, protegiendo las fachadas de la insolación y el mobiliario exterior del sol y de la lluvia.
Con apenas 5º de apertura, la pérgola sigue siendo impermeable pese a que llueva, aunque permite que se airee la zona para evitar un efecto invernadero. En una posición de 90º, la apertura de las lamas permite un aprovechamiento total del sol. Por último, la posición de 175º que alcanzan algunos modelos facilita la ventilación bioclimática, acelerando la corriente de aire ascendente. La regulación total de las lamas hace posible una combinación óptima de sol y ventilación en cualquier momento del día.
Personalizar y adaptar el espacio
En el mercado existen infinidad de materiales, opciones para poder combinar y hacer el cerramiento a tu medida. Gracias a la investigación (I+D) también encontramos estores resistentes al viento, motorizados, que crean un ambiente protector. Se pueden elegir paneles corredor lateral. También existes paneles con protección solar o lama de maderas con posibilidad de personalización. De todas formas, los materiales más habituales suelen ser los aluminios y los materiales sintéticos. Aunque la madera ha vuelto a ponerse de moda y se deja combinar con facilidad con otros materiales. En cualquier caso, siempre dan lugar a composiciones sobrias y contemporáneas, que aguantan perfectamente el paso del tiempo, tanto desde un punto de estético como funcional.
En invierno las lamas se cierran completamente impidiendo la entrada del agua, el viento o incluso la nieve. Cuando el sol baja lo suficiente como para colarse por los laterales, las pérgolas bioclimáticas ofrecen la solución perfecta: la utilización de paneles de cerramiento inteligentes fabricadas en diferentes materiales, metacrilato, celosías, paneles móviles o estores textiles, que ofrecen desde bloqueo de la radiación solar hasta filtrado de la luz e inclusive integración de circuitos de calefacción. De esta forma crearás, un efecto invernadero, un espacio en el que se acumulará el calor diurno y que se trasladará al interior de la casa por la noche.
La estructura sólida tiene otra ventaja reseñable: su resistencia. Y es que este tipo de pérgolas son capaces de aguantar rachas de vientos de hasta 200 kilómetros por hora o incluso soportar 150 kg de nieve.
La evolución de los tejidos específicos para exteriores permite emplearlos en las pérgolas en lugar de las lamas. Los techos textiles ofrecen una protección solar además de una estanquiedad al agua gracias a su tejido impermeable y resistente al agua. Una gran ventaja es que pueden plegarse y desplegarse con sistemas motorizados, como hemos contado antes.
Otra aplicación interesante son las lonas tensadas. Estas adoptan creativas formas y combinaciones, siempre en función de su corte y de la posición de los puntos de agarre mediante cables de acero inoxidable.
Las pérgolas bioclimáticas protegen de la lluvia y del aire, del sol y regulan la luz, su configuración se adapta a todos los espacios de exterior creando un ambiente único y exclusivo, dando una agradable sensación de abertura y libertad de visión.
¿Y tú? ¿Conocías la existencia de este tipo de pérgolas? ¿Tienes una? Cuéntanos tu experiencia.