Como elegir el mejor suelo para tu cocina

Escoger qué tipo de suelo queremos para la cocina no es un asunto menor. Las cocinas se han convertido en auténticos espacios de convivencia. Por este motivo, lo que pongamos tendrá que soportar mucho tránsito de personas, golpes, humedad, cambios de temperatura y suciedad. Todo eso a diario y además, esperamos que al cabo de los años siga luciendo como nuevo. ¿Es mucho pedir?
A la hora de diseñar este tipo de espacios no solo tenemos que pensar en la funcionalidad y practicidad del proyecto. También es importante proyectar un espacio estético y acogedor con los materiales que escojamos. Hay decenas de opciones a tu alcance, pero no todos los materiales son iguales en cuanto a resistencia, belleza y precio. ¡Vamos a ver algunas opciones!
Baldosa hidráulica
Los azulejos hidráulicos tradicionales son baldosas decorativas de cemento pigmentado que deben su nombre al proceso que se utiliza para su fabricación, en la cual se usan moldes metálicos para aplicar los colores que se fijan a la base de cemento usando una prensa hidráulica.
Actualmente, se han creado nuevos materiales de Gres con los que se pueden imitar estos suelos de mosaicos tradicionales y también para diseñar otro tipo de suelos mucho más modernos que rescatan la idea original, pero con toques mucho más contemporáneos y actuales.
Ventajas: Hay tantos diseños, colores y formas como imagines. Su fabricación es más sencilla que las baldosas originales, lo que también permite abaratar el precio en muchos casos. Las técnicas ofrecen incluso la posibilidad de reproducir motivos más desgastados que otros, lo que confiere un aspecto envejecido muy apropiado para este tipo de suelos. Como si fuera original. Actualmente se fabrica este tipo de suelo también en acabado vinílico (PVC), incluso hay fabricantes de madera y laminados que ofrecen estos motivos. Los azulejos cerámicos de imitación al hidráulico son fáciles de limpiar y mantener y el grosor de las piezas es menor que el de una baldosa hidráulica original.
Desventajas: No es recomendable instalarlas sobre madera. Las tarimas, parqués, suelos vinílicos, etc. se suelen colocar sobre solera de cemento por lo que, si los retiramos, eliminamos los restos de pegamento y las saneamos, pueden ser una base adecuada para colocar la baldosa hidráulica. Hay que tener en cuenta que la baldosa hidráulica y el material de agarre harán que el suelo suba unos dos centímetros en el mejor de los casos, lo que creará un incómodo desnivel con el resto de los solados, difícil de disimular con un tapajuntas, y que seguramente hará necesario cepillar las puertas. Así que sería conveniente en cualquier caso retirar el solado dejado al descubierto la solera base.
Gres porcelánico
Baldosas cerámicas con muy baja absorción de agua, prensadas en seco o, en menor cantidad, extrudidas, no esmaltadas o esmaltadas y fabricadas por monococción. Se utilizan para suelos exteriores o interiores, comercial e incluso industrial, y para revestimiento de fachadas y paredes interiores.
Ventajas: Los azulejos porcelánicos son más duras y densas que otros materiales, por lo que no sufrirán desgaste con el paso del tiempo. Son fáciles de limpiar, hay muchos productos que se pueden usar para mantener el aspecto de su suelo, pero no son necesarios. El paso de una simple mopa es suficiente para su mantenimiento. No requiere encerado, ni pulido, ni sellado. Tienen alta resistencia a la rotura. Los porcelánicos contienen menos arcilla y más feldespato (mineral). Además están prensados a más presión.
Desventajas: Los azulejos porcelánicos son más densos que los cerámicos, por lo que son generalmente más pesados y más difíciles de cortar y perforar.
Azulejos cerámicos
Los azulejos cerámicos suelen estar hechos de arcilla y cuentan con una capa de esmalte. Están disponibles en una amplia gama de formas, tamaños, texturas y colores e incluso imitan otros materiales como la madera.
Es recomendable utilizar azulejos ‘rectificados’. Se trata de azulejos cortados tras pasar por el horno, de modo que los cantos son uniformes y suaves. Si los cantos no son rectos, necesitaremos líneas de lechada más gruesas para la instalación y el suelo resultará más sucio, especialmente si la lechada es blanca.
Ventajas: los azulejos cerámicos son más baratos que la porcelana además de higiénicos y fáciles de limpiar. También son adecuados para la calefacción radiante.
Desventajas: no son tan resistentes como los azulejos porcelánicos, así que es fundamental colocarlos sobre una superficie sólida y lisa. Además, las posibles grietas se ven más ya que resaltan más en el esmalte. Son de tacto frío, no son cómodos para andar descalzo.
Piedra
La piedra clásica es un suelo muy popular por muchas razones. Algunas de las opciones más comunes son la caliza (en la foto), el mármol travertino, el granito o la pizarra. Todas ellas tienen una belleza natural y única ya que cada bloque es diferente y las sutiles variaciones de tono añaden profundidad al conjunto.
Debes saber que cuanto más irregular sea la piedra, más difícil es encajar los bloques. Si escoges un azulejo muy rústico con bordes irregulares, las líneas de lechada serán más gruesas y se ensuciarán con facilidad. Por otro lado, una superficie mate y pulida transmite una imagen más moderna.
Ventajas: la piedra es un material hermoso, atemporal y elegante que siempre despierta admiración. Además es sólida, duradera y de fácil mantenimiento. Se puede utilizar con calefacción radial y de hecho es un material que funciona bien como conductor del calor. La piedra captura el calor y lo conserva durante aproximadamente una hora.
Desventajas: La piedra no es muy agradable para andar descalzo y puede resultar incómodo estar de pie durante largos periodos de tiempo sobre este tipo de superficie. Es muy dura, si se te cae un plato o un vaso seguramente se romperá. Si no cuentas con calefacción radial, resulta fría, y además es áspera. Las superficies muy irregulares son difíciles de limpiar. Un suelo de piedra necesita una base dura, rígida y nivelada, no puede colocarse sobre una solera flotante.
Madera maciza
Ninguna copia, por buena que sea, es capaz de igualar la belleza de la madera de verdad. Disponible en una amplia gama de tonos y texturas, encaja bien con cualquier estilo, desde un apartamento contemporáneo hasta una casa de campo, y nunca pasará de moda. Una textura uniforme resulta contemporánea, mientras que los nudos y las irregularidades van mejor con un conjunto más tradicional.
El parqué soporta bien el paso del tiempo. En cuanto a los acabados mejor el aceite o la cera antes que el lacado para lograr un aspecto natural. Para limpiar el suelo lo mejor es un trapo húmedo mejor que una fregona.
Ventaja: la madera es muy agradable para caminar descalzo ya que es flexible y cálida al tacto. Es renovable, reciclable, bonita, sólida y duradera. Puede lijarse y estará como nueva, y también puede teñirse en infinidad de tonos.
Desventaja: Se suele desaconsejar poner madera maciza en zonas húmedas, los listones de madera maciza se mueven, especialmente si el ambiente es húmedo o si el suelo se friega a menudo, por ello no es recomendable instalarlo en la cocina. Es necesario una base, lo que hace que la instalación sea más cara. Además, se manchan y rayan fácilmente y puede acusar el paso del tiempo en las zonas más transitadas, por ejemplo delante del fregadero o la vitro. Es cierto que los suelos de madera se pueden lijar, pero es un procedimiento bastante engorroso.
Pavimento Laminado
El truco del suelo laminado es apostar por listones de alta calidad, que son duros, resistentes y soportan bien el paso del tiempo, las manchas y el sol. El acabado imitación madera no es la única opción, los suelos laminados pueden imitar azulejos cerámicos o pizarra. Se recubren de una capa transparente que los hace más resistentes al paso del tiempo y a los rasguños. Debajo de esta capa se encuentra la imagen en alta definición que puede representar prácticamente cualquier material, desde madera hasta mármol.
Ventajas: existen diseños muy realistas y con distintas texturas. El precio del suelo laminado es competitivo. No requiere mucho mantenimiento, resiste la humedad y se puede instalar sobre un suelo existente”.
Desventajas: necesita una capa inferior, que a veces está fijada al laminado y a veces no (consúltalo antes de comprar). No se pueden arreglar los arañazos. No todos los laminados son compatibles con calefacción radial eléctrica, aunque sí pueden instalarse sobre sistemas de tubería húmeda.
Suelos de Resina
La resina es una opción cada vez más popular para el suelo de la cocina. La resina puede instalarse sobre el suelo de la cocina y el acabado resulta totalmente uniforme. Es fácil que el suelo recupere su esplendor pasados los años. Basta con lijarlo y después aplicar un par de capas del producto y estará como nuevo. Y si prefieres otro color, no tienes más que escoger tu favorito de entre toda la gama disponible.
Hay acabado brillo, seda y mate. Los suelos con acabado brillo, especialmente si son claros, revelan todas las marcas, mientras que en un suelo mate se verán menos las imperfecciones.
Ventajas: la resina es cálida al tacto, hipoalergénica, resistente al agua, dura y fácil de limpiar con agua templada y jabón. Está disponible en todos los colores RAL y en distintos estampados si quieres personalizarlo aún más. Se puede verter sobre hormigón o madera y es compatible con la calefacción radial.
Desventajas: no tiene la profundidad ni la personalidad de la madera o la piedra y se raya con facilidad. Aunque se puede reparar rellenando las grietas pero para ello es necesario lijar y añadir una capa a toda la superficie porque sino la grieta reparada se verá incluso más que antes. Las manchas tienen que limpiarse rápidamente, de no ser así no se van.